DIA 1 SEVILLA – ALMADEN DE LA PLATA
70.7 KM
Aun
sin amanecer me despido de la familia, ¡comienza la aventura!. Y atravieso Sevilla
despidiéndome de sus calles, con la emoción en el estomago, oliendo a
entusiasmo como un crio ante una gran cita. Y cuando comienzo a salir de Sevilla
los rayos del sol me acarician la cara, y continuo tranquilo hasta llegar al
comienzo de la senda pasado La Algaba, es ahí donde se encuentra el camino de
tierra.
Tras
pedalear unos kilómetros, me alcanzan unos cicloturistas los cuales me
acompañan hasta Guillena, mientras charlamos de lo que me espera, de lo que
veré y seguro sentiré. Compartimos el mismo sentimiento de aventura con la bici,
y uno de ellos que ya ha realizado el mismo Camino, me cuenta cual fue su experiencia.
Tras
dejar Guillena pasando por el rio Rivera
de Huelva, paso por un miliario:
Los miliarios son uno de
los elementos más característicos y singulares de las calzadas romanas. Se
trata de columnas cilíndricas de grandes proporciones, en su mayoría con
alturas de más de 2 metros, que situados a la izquierda de la calzada servían
como información de “punto kilométrico”.
Estas piezas se
colocaban a la distancia de una milla romana (mil pies romanos y unos 1.480
metros actuales) y también servían para publicitar la realización de
alguna obra de reparación de la calzada. Esto explica el porqué de la
existencia de conjuntos de miliarios con el mismo numeral: cada vez que se
reparaba la calzada, en algún punto, se ponía un nuevo miliario con un texto
con referencia a la obra realizada; a varias reparaciones correspondían varios
miliarios.
La Vía de la Plata es la
calzada romana de Europa que mantiene el mayor número de los mismos. Se han
encontrado más de 200 miliarios entre completos y piezas, además de canteras de
producción y depósitos para su posterior distribución.
Nada mas entrar al camino
de tierra, me encuentro con los dos primeros peregrinos y que son ingleses. Aún
me siento como un novato, como si tuviera que ganarme la condición de
peregrino. Más adelante otras dos peregrinas que son dos chicas alemanas, resulta
que vienen de vuelta, increíble. El paisaje es bellísimo, los olivos y naranjos
da paso a la dehesa serrana, con encinas, alcornoques y acebuches. Disfruto de
un gran silencio, y veo un curioso cartel que dice “AGUA”. Con gran curiosidad
me dirijo por un estrecho camino hasta una puerta metálica giratoria casera. He
de dejar la bici y al fondo veo una bomba de agua manual para extraer agua, algo
que jamás había utilizado. A partir de ahí, el terreno se complica, ya que
comienza una subida con piedras y rocas sueltas que hace que la bici pierda tracción,
y también esta lleno de socavones.
Después de pasar
Castiblanco de los Arroyos, paro junto a un gran árbol dispuesto en otra también
gran explanada para descansar y prepararme algo de comer, que serán unas buenísimas
albóndigas.
Mientras
como, pasan tres bicigrinos y apenas me da tiempo de gritarles un “buen camino…”
pero los veo tan concentrados que creo no se percatan de mí. Es ahí cuando me
doy cuenta de que me he olvidado el cargador del móvil, ¿vaya tela! Pero mi
cuñado se ha enrollado cantidad y me lo va ha acercar ahora que aun estoy cerca
de Sevilla. Gracias Javi pedazo de detalle “o mis sobrinitas te tenían tan harto y querías
despistarte un rato!, jajajaja.
Para
no perder tiempo quedamos mas adelante de donde estoy, y llegado la hora a la
que tendríamos que vernos, comenzamos con un baile de whatsapp…”cuñao” ¿como no
se nos ocurrió a ninguno de los dos mandar una localización con el móvil?
Tras
despedirnos afronto mis últimos kilómetros hasta llegar al final de la etapa
del día Almadén de la Plata. Y vaya con la subidita, precisamente al llegar al
pueblo y encontrarme con los bicigrinos que vi mientras comía, comentamos la
subida después de todo lo que llevábamos del día, a ellos les cogió sin agua y
lo pasaron sobre todo “Manu” realmente mal. Y si, “Manu” es el nombre de uno de
ellos, italiano aunque vive entre Sevilla y Tarifa. Ramón García Úbeda es otro
de ellos y Félix Moreno Vidal el tercero. Son de Sevilla y sin ninguno de
nosotros saberlo, desde ese momento comenzaremos a cimentar lo que tanto había leído
en los foros y comentarios de los que habían hecho el camino, esa amistad
que se crea de la maravillosa experiencia que se vive haciendo esta proeza. Por
lo visto han conocido a “Manu” en la catedral de Sevilla, mientras estampaban
su primer sello, y como ambos iban a realizar el camino, decidieron hacerlo
juntos.
Bueno terminé el primer día, y poco a poco voy integrándome
a la experiencia. Ahora a descansar y preparar la cena. Mañana seguiremos en la
ruta…